Hay hielo entre mis páginas porque soy discípulo de junio, mes de escarcha y noches gigantescas. Junio me hiere la palabra con cristales de la nieve de su boina. Circulo por sus vías como un empleado jerárquico. Destaco de junio las voces que huelen a manzana, las galerías inciertas, los cuerpos de amor, y los puños de desprecio que abren sus bocas de peces para asilarme y responder a mi plegaria, plegarse a mi camisa o incorporarme en su ciclo. Hay gotas de junio en mi vaso de agua, hay gotas de mí en las nubes de junio, y habrá campanas del infierno en las puertas del invierno cuando llegue sediento y despojado a mendigarle mi porción de pan caliente.
Y corrijo:
No es un caleidoscopio. Es un pájaro herido que se disuelve en la arena y seduce a los gatos de la playa. Su pico, sus plumas, sus alas, modelan los espacios y se vuelven cemento, metal, humo, ciudad, cárcel, basura, traición y desconsuelo. Allí los gatos descubren que el paisaje que esperaban devorar se ha convertido en un volcán que los está tragando, a medida que se alimenta de los jugos de sus propias vísceras. No los está tragando (corrijo), sólo les arranca la fe.
4 comentarios:
que horrible es que te arranquen la fé.
que loco, la primera vez lei "aislarme" y la segunda "asilarme".
este texto duele mucho, pero es tan dramatico como bello
Me encanta tu libro!
No puedo dejar de leer "Para sangrar o volver"...
Ya te lo dije, pero lo digo otra vez: me gusta el uso del espacio, los vacíos, la variedad, las citas de los músicos...
Es dramático, es bello. La vida es así.
¿cuándo sale el próximo libro?...
Y Junio que se repite eterno y gira en si mismo y se pierde de eje
Me gustó muchísimo
como cada vez
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