22 de agosto de 2007

El Segundo Cuento de la Historia de la Humanidad, fragmento

Fuentes confiables aseguran que el relato más antiguo de la historia de la humanidad fue escrito en una aldea asiática de la cuenca del río Indo, algunos siglos antes del nacimiento de Buda. Los habitantes de este pueblo no habían desarrollado todavía sus capacidades lingüísticas, hecho que reducía la variedad de combinaciones sonoras y, en consecuencia, el repertorio de palabras.

Contaban con apenas tres vocales y dos consonantes, desconociendo por completo la existencia del resto de los fonemas. Los morfemas debían variar sus significados según el contexto para poder abarcar así, con estos escasos recursos, la totalidad de los objetos y las situaciones que los rodeaban. Otro inconveniente que debían enfrentar era que también poseían una muy reducida variedad de contextos, hecho por el cual establecieron un complejo sistema de normas para poder comunicarse oralmente.

La primera de estas normas fue de orden temporal: cierta combinación de sonidos, según el momento del día en que se pronunciara, tendría diferentes significados. No fue suficiente. Les quedaba mucho aún por acomodar para comprenderse a pleno.

Siguieron sucediéndose otras medidas: diferentes significados de una cadena sonora según edad y sexo del hablante, según condiciones geográficas y climáticas, según tono, volumen y gesticulación.

Los pobladores tuvieron que aprender todas las acepciones de cada término según quién les hablara, y, sin decidirlo, se convirtieron en traductores políglotas de su propio idioma: según su interlocutor y entorno, el oyente debía decodificar el mensaje y darle un significado a menudo muy diferente al que esa oración hubiera tenido en caso de ser emitida por el oyente.

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